Las afecciones infecciosas del cuello uterino y la vagina están asociadas con un flujo anormal excesivo que puede observarse al abrir las hojas del espéculo. Las características del flujo (color, olor, consistencia y cantidad) ayudan a identificar la naturaleza de la infección.
- El flujo excesivo de color blanco grisáceo o amarillo con olor a pescado es característico de la vaginosis bacteriana, una afección infecciosa causada por bacterias.
- La presencia de un flujo espeso o ligeramente blanco-grumoso indica candidiasis, una infección causada por un hongo (comúnmente Candida albicans).
- El abundante flujo espumoso de color amarillo verdoso se observa generalmente en la tricomoniasis, una infección causada por un protozoo conocido como Trichomonas vaginalis.
Algunas veces se puede ver pus saliendo por el orificio externo. Si se observa flujo purulento en el orificio externo, es indicativo de infección gonocócica (causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae) o infección por clamidia (causada por Chlamydia trachomatis). El examen de la uretra también puede revelar una secreción purulenta.
El cuello uterino puede verse congestionado y edematoso como consecuencia de cualquier infección del tracto genital inferior. En la tricomoniasis (causada por Trichomonas vaginalis), suelen verse pequeñas manchas rojas en el exocérvix, dando lugar a la apariencia de fresa del cuello uterino. Un cuello uterino infectado puede sangrar al contacto durante el procedimiento de IVAA.
Una infección o inflamación grave del cuello uterino puede provocar descamación (desprendimiento superficial) de la superficie del epitelio, que a simple vista puede verse como manchas rojas en el cuello uterino. La descamación del epitelio se conoce como erosión. La herida del cuello uterino puede sangrar al contacto.
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