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Atlas de colposcopia – principios y práctica

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Hallazgos colposcópicos anormales – Cambios de grado 1 (menores)  

Las anomalías visibles colposcópicamente en el cuello uterino se clasifican en cambios de grado 1 (menores), cambios de grado 2 (mayores) o cambios no específicos. Estas clasificaciones tienen en cuenta los cambios acetoblancos, los patrones de los vasos sanguíneos (si los hay) y los cambios después de la aplicación de yodo de Lugol. Sin embargo, la reacción acetoblanca es el cambio más importante a observar. Los cambios de grado 1 sugieren condiciones benignas o lesiones de bajo grado, mientras que los cambios de grado 2 indican lesiones de alto grado. Los hallazgos no específicos son las afecciones que pueden estar asociadas a lesiones neoplásicas, pero también se observan en condiciones benignas.

Los cambios de grado 1 o menores pueden incluir cualquiera de las siguientes características.

  • Epitelio acetoblanco delgado: Generalmente la densidad del área acetoblanca aumenta con la gravedad de la lesión. La interpretación de la gravedad de la reacción acetoblanca es muy subjetiva. Un área acetoblanca delgada, poco definida, translúcida o irregular, generalmente se debe a metaplasia inmadura o inflamación. Un área acetoblanca delgada pero opaca puede deberse a una infección subclínica por papilomavirus (SPI), a una NIC1 o incluso a una metaplasia. Cuando el acetoblanqueo es entre translúcido y opaco, se considera "lechoso" y generalmente se debe a una NIC1.




  • Borde geográfico e irregular: Si el margen del área acetoblanca es poco definido, irregular o anguloso (geográfico), es probable que la lesión sea una metaplasia, SPI o NIC1. Cuanto más regular sea el borde del área acetoblanca, más probable es que el área acetoblanca represente una lesión de alto grado.



Los vasos sanguíneos normales/típicos del cuello uterino tienen un patrón de ramificación similar al de un árbol, con un tallo central del que se desprenden ramificaciones más pequeñas. A medida que estas ramificaciones se dividen, se hacen más delgadas. En ocasiones, los vasos se asemejan a las raíces de un árbol. Por el contrario, los vasos atípicos os vasos sanguíneos atípicos muestran características distintivas. Pueden aparecer y desaparecer de manera repentina, presentar ramificaciones truncadas, como si fueran un "árbol podado", o carecer por completo de ramificaciones, además de tener calibres irregulares. En la colposcopia, es común observar vasos sanguíneos prominentes pero normales sobre un ectropión, encima de los folículos de Naboth y en un cuello uterino inflamado. Además, en la periferia del cuello uterino, sobre el epitelio escamoso cervical original, es posible visualizar una red de capilares o vasos sanguíneos finos en forma de horquilla. Estos patrones son considerados normales.

Sin embargo, es importante destacar que la interpretación de los patrones de los vasos sanguíneos puede ser confusa en ocasiones. En tales casos, se recomienda que el colposcopista se base principalmente en los cambios acetoblancos para evaluar los hallazgos. Es importante señalar que los vasos sanguíneos que parecen atípicos sin la presencia de una lesión acetoblanca densa o erosión en el fondo tienen un valor diagnóstico incierto.








  • Mosaico fino: En ocasiones los vasos sanguíneos en el estroma se ven como una red de finos capilares de calibre uniforme en la superficie, fenómeno conocido como mosaico fino. Esta manifestación es común en el epitelio metaplásico, pero también puede observarse en casos de SPI y de NIC1.



  • Puntillado fino: En ocasiones, pequeñas proyecciones capilares de la red capilar estromal se extienden hacia la superficie. Durante la colposcopia estas proyecciones capilares normales se ven como pequeños puntos rojos uniformemente espaciados y se denominan puntillado fino. Comúnmente el puntillado fino se observa en un cuello uterino inflamado o en una metaplasia inmadura. A veces también son visibles en las lesiones por SPI y NIC1.



Nota: Los vasos sanguíneos se contraen debido a la influencia del ácido acético y el epitelio acetoblanco opaco a menudo los oculta. Como resultado, los vasos sanguíneos dejan de ser visibles tras la aplicación de ácido acético. Los vasos sanguíneos vuelven a verse nuevamente cuando el efecto del ácido acético se desvanece, lo que suele ocurrir después de unos minutos. Para una evaluación precisa, se recomienda examinar los vasos sanguíneos tanto antes de la aplicación del ácido acético como nuevamente unos minutos después de la aplicación, utilizando un filtro verde, especialmente si hay un área acetoblanca presente.













  
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