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La colposcopia y el tratamiento de la neoplasia intraepitelial cervical: Manual para principiantes, J.W. Sellors & R. Sankaranarayanan
Capítulo 6: Aspecto colposcópico del cuello uterino normal
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- Después de la aplicación de solución salina isotónica, el epitelio escamoso tiene aspecto translúcido y
liso, con un tinte rosado. El epitelio escamoso original se ve de color rosado más intenso, por
comparación con el rosado claro del epitelio metaplásico.
- El epitelio cilíndrico se ve rojo oscuro con aspecto de racimo de uvas, de anémona de mar o velloso.
- A menudo no se ve ninguna imagen vascular en el epitelio escamoso original. En ocasiones, en este
epitelio puede ser visible una red de capilares. En el epitelio escamoso metaplásico recién formado
pueden observarse vasos con ramificación arbórea.
- Después de la aplicación de ácido acético, el epitelio escamoso aparece sin brillo y pálido, en
contraposición con el matiz rosado ordinario; el epitelio cilíndrico es de un rojo menos intenso, y el
acetoblanqueo pálido de las vellosidades semeja un racimo de uvas.
- La amplia variedad de aspectos colposcópicos que puede presentar la metaplasia escamosa después de
la aplicación de ácido acético plantea dificultades para diferenciar entre estos cambios normales y las
características anormales relacionadas con la NIC. La metaplasia escamosa puede aparecer como un
conglomerado pálido de distribución irregular, como zonas laminares o como membranas vidriosas, de
color blanco rosáceo, con aberturas de criptas y proyecciones parecidas a lengüetas que apuntan hacia
el orificio cervical externo.
- Tanto el epitelio metaplásico escamoso maduro como el original se tiñen de color caoba o negro con la
solución de Lugol, cosa que no sucede con el epitelio cilíndrico. El epitelio metaplásico escamoso
inmaduro generalmente no se tiñe con el yodo; puede teñirse parcialmente si contiene glucógeno en
algunas zonas. En las mujeres posmenopáusicas, el epitelio escamoso a veces no se tiñe por completo
con el yodo, debido a la atrofia.
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| | | | Las características anatómicas del cuello uterino se
resumen en el capítulo 1. En el presente capítulo se
describe el aspecto colposcópico del epitelio escamoso
normal, el epitelio cilíndrico, la unión escamosocilíndrica,
la metaplasia inmadura y madura, y la
zona congénita de transformación. Conocer las
características colposcópicas del cuello uterino normal
y poder identificarlas sientan las bases para diferenciar
los resultados colposcópicos normales de los anormales.
El concepto anatómico más importante que un
colposcopista debe dominar es cómo identificar la zona
de transformación (véase el capítulo 5, figura 5. 1). En
esta zona anatómica se originan la neoplasia
intraepitelial cervical (NIC) y el carcinoma
cervicouterino invasor; por consiguiente, es un punto
focal importante del examen colposcópico. A menos que
el colposcopista pueda examinar adecuadamente toda la
zona de transformación, el examen colposcópico se
considerará incompleto o insatisfactorio. En otras
palabras, la unión escamoso-cilíndrica debe ser visible
en toda su extensión; si solo se ve parcialmente, o no
se ve en absoluto, se considera que la zona de
transformación no es visible. Por lo tanto, se considera
que el examen es incompleto o insatisfactorio para
descartar la NIC y el carcinoma invasor. Aunque no haya
signos anormales en la porción de la zona de
transformación visible, desde el punto de vista clínico
no puede descartarse la presencia de una neoplasia
cervical en las partes ocultas de dicha zona.
La siguiente descripción del aspecto colposcópico del
cuello uterino normal empieza por las características de
la zona de transformación.
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Después de aplicar solución salina isotónica
| Epitelio escamoso
| El epitelio escamoso, que aparece como un epitelio
suave, translúcido y con un tinte rosado, debe
examinarse muy minuciosamente para definir los puntos
de referencia de la zona de transformación. El epitelio
escamoso original es de color rosado más subido en
comparación con el rosado claro o el color blanquecino
rosado del epitelio escamoso metaplásico. Si uno observa
con cuidado, en algunas mujeres se aprecian claramente
algunas aberturas de las criptas, con aspecto de orificios
circulares diminutos, diseminadas por la superficie del
epitelio escamoso (figuras 5.1 y 6.1). En otras mujeres,
se pueden buscar los quistes de Naboth. Al mirar
distalmente, es decir, alejándose del orificio externo del
cuello uterino hacia la parte exterior del exocérvix, se
llega a un punto donde ya no se ven aberturas de las
criptas ni quistes de Naboth. El trazado de una línea
imaginaria que une las aberturas de las criptas o los
quistes de Naboth más distales que uno puede ver en los
labios del cuello uterino a través del colposcopio marca
la unión escamoso-cilíndrica original (es decir, el punto
donde se unen el epitelio escamoso original o nativo y el
epitelio escamoso metaplásico). La unión escamosocilíndrica
original forma el borde exterior, distal o caudal
de la zona de transformación en toda su circunferencia (o
sea, tiene 360 grados). A veces, la sutil variación de
colores entre el epitelio escamoso nativo y el metaplásico
señala la unión escamoso-cilíndrica original.
A continuación, hay que identificar el borde
proximal o interior de la zona de transformación, que
está definido por la nueva unión escamoso-cilíndrica
(es decir, la línea de demarcación donde se unen el
epitelio metaplásico escamoso y el cilíndrico) en toda
su circunferencia (360 grados). Si el colposcopista logra
observar la nueva unión escamoso-cilíndrica en toda su
extensión, el examen colposcópico se clasifica como
completo o satisfactorio en lo que se refiere a la
evaluación de la zona de transformación (figuras 5.1 y
6.1). La nueva unión escamoso-cilíndrica tiende a
retraerse hacia el conducto cervical conforme avanza
la edad, y con el tiempo acaba completamente dentro
de él (figuras 1.7d, 1.7e, 1.8c y 1.8d). Si la unión está
situada en una posición proximal con respecto del
orificio cervical externo, dentro del conducto cervical,
se requiere una maniobra adicional para visualizarla en
su totalidad. Se abren las hojas del espéculo vaginal y,
con ayuda de un hisopo de algodón, se levanta el labio
cervical anterior o se abate el labio posterior; a
menudo, esto permitirá visualizar la unión escamosocilíndrica,
si está lo bastante cerca del orificio cervical
externo. El uso del espéculo endocervical (figura 4.6) o
de las puntas de unas pinzas de disección largas
permite con frecuencia inspeccionar una mayor
extensión del conducto. Con la práctica, uno adquiere
destreza para efectuar estas maniobras. Casi todas las
lesiones de NIC ocurren en la zona de transformación,
y las alteraciones más graves tienden a estar más cerca
de la nueva unión escamoso-cilíndrica o lindando con
ella, en lugar de estar más alejadas.
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| | Epitelio cilíndrico
| Cuando se observa por vez primera el cuello uterino
normal en una mujer joven, lo primero que se aprecia
es el orificio cervical externo. Generalmente, aparece
rodeado por el epitelio cilíndrico, de color rojo oscuro y
con un aspecto de racimo de uvas, o bien de tentáculos
de anémona de mar o velloso, en contraposición con el
epitelio escamoso, que es liso y de color rosado claro.
Cada estructura vellosa del epitelio cilíndrico contiene
un capilar fino, de manera que la sangre del capilar y la
vascularización del tejido conjuntivo subyacente le
imparten a dicho epitelio un aspecto notablemente
rojizo. Durante el examen del conducto endocervical
pueden detectarse pólipos pequeños.
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| | Vascularización
| La siguiente característica, en orden de importancia,
que se debe observar es la vascularización. El examen
de los vasos sanguíneos se facilita aplicando solución
salina isotónica al cuello uterino y usando el filtro verde
(o azul) del colposcopio para mejorar el contraste de los
vasos. Si el colposcopio cuenta con capacidad de
amplificación, también es útil el uso de un número más
alto (cerca de 15x). El que los vasos más pequeños sean
visibles o no, depende del espesor o la opacidad del
epitelio escamoso suprayacente. Los vasos más
pequeños que pueden ser visibles son los capilares del
estroma por debajo del epitelio.
En el epitelio escamoso nativo u original se
aprecian dos tipos de capilares: en forma de red
(reticulares) o de horquilla para el pelo (figura 6.2).
En las mujeres que toman anticonceptivos orales
y en las posmenopáusicas, el aspecto reticular
es especialmente visible porque el epitelio es
más delgado. Los capilares en forma de horquilla
ascienden, forman un asa y luego descienden hacia el
estroma de donde salieron. Como el asa se observa
desde arriba, el examen colposcópico generalmente
muestra unos puntos con solo un leve aspecto de asa,
en el mejor de los casos. Cuando hay inflamación del
cuello uterino (por ejemplo, por tricomoniasis), es
frecuente que los vasos en forma de horquilla tomen
la forma de astas de ciervo, que son más
prominentes, con lo cual se torna más evidente el
aspecto de asa (figura 6.2). A menudo, no se ve ninguna
imagen vascular en el epitelio escamoso original.
El aspecto de los vasos exocervicales descrito
anteriormente es más prominente hacia la parte
exterior de la zona de transformación, más cerca de la
unión escamoso-cilíndrica original. En el epitelio
escamoso metaplásico inmaduro de formación más
reciente, situado más cerca de la nueva unión
escamoso-cilíndrica, predominan otras imágenes
vasculares. Se trata de vasos superficiales ramificados
grandes (comparados con los capilares) que pueden
presentar tres imágenes básicas reconocibles (figura
6.2). La primera se parece mucho a la ramificación de
un árbol y la segunda se aprecia comúnmente en
posición suprayacente con respecto de los quistes de
Naboth (figura 6.3). La estructura regular y la
disminución del calibre de los vasos hacia la punta de
las ramas son indicios de una naturaleza benigna
(normal). El tercer tipo a veces se presenta con la
cicatrización posterior al tratamiento de la NIC (figuras
6.2 y 13.9): los vasos son largos y corren paralelos entre
sí. La ausencia de otras características epiteliales
anormales que indicarían la posibilidad de neoplasia es
un indicio útil de que la vascularización es normal. Si
hay alguna duda, siempre es prudente tomar una
biopsia.
Los vasos del epitelio cilíndrico en realidad son redes
capilares terminales. Una red capilar se limita al núcleo
estrómico de cada vello con aspecto de racimo de uvas
(figura 6.4), que se proyecta hasta la superficie
epitelial. Con el colposcopio, las puntas redondeadas
de las vellosidades individuales son las características
principales visibles y la parte superior de la red
vascular en cada vello aparece como un punto. En
algunos casos, pueden verse vasos ramificados grandes
y profundos.
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Después de aplicar solución de ácido acético al 5%
| Epitelio escamoso
| En el cuello uterino normal de una mujer joven, después
que la solución de ácido acético ha actuado (1 ó 2
minutos), generalmente se revelan ciertos cambios en las
características observadas tras la aplicación de solución
salina. El color del epitelio escamoso tiende a ser algo
mate en contraposición con el matiz rosado corriente, y
la translucidez disminuye, de manera que aparece un
tanto pálido (figura 6.1). En las mujeres posmenopáusicas
el color es generalmente más pálido que en las
premenopáusicas. También en este caso hay que observar
cuidadosamente los puntos de referencia y la extensión
total de la zona de transformación. La unión escamosocilíndrica
puede verse muy claramente como una línea
blanca neta, como si fueran unos escalones vistos de
perfil, debido a la presencia de una metaplasia escamosa
inmadura que presenta división activa alrededor del
borde, en sentido medial (proximal) a la unión (figura
6.5). El epitelio escamoso posmenopáusico atrófico se ve
más pálido, quebradizo, sin brillo, a veces con petequias
subepiteliales, debido al traumatismo infligido a los
capilares subepiteliales por la introducción del espéculo
vaginal bivalvo (figura 6.6). A menudo, la nueva unión
escamoso-cilíndrica no es visible en las mujeres
posmenopáusicas porque se ha retraído por completo al
interior del conducto endocervical.
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| | Epitelio cilíndrico
| A continuación debe inspeccionarse el epitelio cilíndrico.
De ordinario, es de un color rojo notablemente menos
intenso que después del tratamiento con solución salina,
y el aspecto acetoblanco pálido de las vellosidades puede
hacer que se vea como un racimo de uvas (figura 6.7).
Después de que el moco endocervical que hay entre las
vellosidades se ha coagulado por efecto del ácido acético
y se limpia, puede verse más fácilmente la superficie y
sus características. En las embarazadas, las vellosidades
están hipertróficas y es más fácil de observar el aspecto
de racimos de uvas. Si un pólipo está cubierto por el
epitelio cilíndrico (que todavía no ha experimentado
cambios metaplásicos), puede manifestarse el aspecto
característico que semeja un racimo de uvas. Más a
menudo, especialmente cuando protruye, el epitelio que
cubre el pólipo sufre cambios metaplásicos y presenta
características de diversas etapas de la metaplasia.
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| | Metaplasia escamosa
| Durante las diferentes etapas de la aparición de la
metaplasia, puede verse una amplia variedad de
aspectos colposcópicos. Esto puede plantearle
dificultades al colposcopista sin experiencia, quien
necesita diferenciar estos hallazgos normales de las
características anormales vinculadas con la NIC. El
epitelio escamoso metaplásico inmaduro que puede
ponerse levemente blanco por efecto de la solución de
ácido acético suele causar confusión a los
colposcopistas principiantes. Se puede tomar una
biopsia en caso de duda. Desde el punto de vista
colposcópico, pueden reconocerse tres etapas en la
aparición de la metaplasia escamosa (Coppleson y Reid,
1986). En la etapa más temprana, se pierde la
translucidez de las vellosidades de epitelio cilíndrico y
estas se tornan opacas en las puntas; las vellosidades se
ensanchan y aplanan, y las contiguas se fusionan
formando conglomerados y láminas de un color rosado
pálido (figuras 6.8, 6.9 y 6.10). En consecuencia, el
epitelio metaplásico se ve como un conglomerado
pálido, o zonas con aspecto laminar, de distribución
irregular en el epitelio cilíndrico ectópico.
A medida que la metaplasia progresa, el aspecto
semejante a un racimo de uvas del epitelio cilíndrico
desaparece y los espacios entre las vellosidades se
funden con membranas en forma de dedos o lengüetas
de color blanco rosáceo, vidrioso, que apuntan hacia el
orificio cervical externo (figuras 6.11 y 6.12). Puede
haber muchas aberturas de criptas e islotes de epitelio
cilíndrico dispersas por todo el epitelio metaplásico.
Los bordes de las aberturas de las criptas a veces no se
blanquean con la solución de ácido acético al comienzo
del proceso metaplásico, pero pueden ponerse
levemente blancos a medida que el proceso
metaplásico progresa. Gradualmente, las zonas
metaplásicas parecidas a lengüetas se fusionan para
formar una zona de aspecto membranoso, blanca
rosácea o ligeramente pálida, vidriosa y reluciente que
avanza continuamente (figura 6.13).
Por último, el epitelio metaplásico inmaduro se
convierte en un epitelio escamoso metaplásico maduro
plenamente desarrollado que se asemeja al epitelio
escamoso nativo original, salvo por la presencia de
algunas aberturas de criptas (figura 6.1) y folículos de
retención de Naboth en el epitelio metaplásico (figuras
1. 11, 6.3 y 6.14). Al principio, los folículos de
retención pueden verse como zonas puntiformes
blancas, antes de agrandarse por la acumulación
progresiva de moco en su interior, momento en el que
aparecen como granos o botones de color marfil o
levemente amarillento (figuras 1. 11, 6.3 y 6.14). Las
formaciones vasculares características en el epitelio
metaplásico son los vasos largos regulares y ramificados
cuyo calibre disminuye gradualmente, y una red de
vasos regulares ramificados (figura 6.2). Estas imágenes
vasculares son más prominentes encima de los quistes
de Naboth (figura 6.3).
Cuando la metaplasia ocurre en el epitelio que cubre
un pólipo cervical que protruye, está cubierta por
epitelio blanco pálido (figura 6.15).
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Después de aplicar la solución yodoyodurada de Lugol
| | | Según se describe en el capítulo precedente, las células
que contienen glucógeno captan el yodo, de suerte que
adquieren un color caoba oscuro y uniforme cuando se
tiñen con la solución de Lugol. Por consiguiente, el
epitelio escamoso normal del cuello uterino y la vagina
(tanto nativo como maduro metaplásico) en las mujeres
de edad fecunda se tiñe de caoba o de negro (figura
6.16). Esto es útil para distinguir las zonas normales de
las anormales en la zona de transformación que han
presentado acetoblanqueo tenue. El epitelio cilíndrico
no se tiñe con el yodo (figura 6.16). El epitelio
metaplásico escamoso inmaduro generalmente no se
tiñe con el yodo; si contiene glucógeno en forma
parcial, se tiñe parcialmente (figura 6.17). Las
características vasculares, que se ven tan fácilmente
después de aplicar solución salina, pueden ser difíciles
de observar cuando se aplica la solución de Lugol. Los
pólipos cervicales no se tiñen con el yodo, pues
generalmente están cubiertos de epitelio metaplásico
cilíndrico o inmaduro (figura 6.18). Si la maduración del
epitelio metaplásico varía, sobre la superficie del pólipo
uno puede observar que la captación de yodo a veces es
parcial, otras incompleta y en algunas ocasiones falta
del todo. En las mujeres posmenopáusicas, la atrofia del
epitelio determina que el exocérvix no se tiña
plenamente con el yodo.
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Zona de transformación congénita
| | | La zona de transformación congénita se tiñe de blanco
después de aplicar la solución de ácido acético. En esta
situación, el epitelio metaplásico formado durante la
última parte de la vida fetal, en posición distal con
respecto a la zona de transformación formada después
del nacimiento, queda alejado en el exocérvix, a cierta
distancia del orificio cervical externo; en algunos casos,
puede incluso extenderse sobre la vagina. Es importante
reconocer que esta es una situación normal y no es
necesario ningún tratamiento.
Con el ácido acético, la zona de transformación
congénita generalmente adopta una coloración
acetoblanca leve y los capilares pueden formar una
imagen en mosaico de trazo fino (véase el capítulo 7). La
zona no capta el yodo después de aplicar la solución de
Lugol. Si se toma una biopsia del tejido para confirmar
el diagnóstico, es mejor comunicar el diagnóstico
colposcópico al anatomopatólogo. Recalcamos que
siempre es necesario proporcionar los resultados
colposcópicos detallados al anatomopatólogo.